Los fallos del guión
(para cometerlos mejor)
por Michel Chion
(extraído del capítulo IX de su libro "Cómo se escribe un guión")
(extraído del capítulo IX de su libro "Cómo se escribe un guión")
El problema con los fallos de guión, es que ocurre como en un juego de cochecillo chino. Un defecto corregido, allí donde ha sido localizado, produce otros en otros lugares, de otro tipo. Cuando, por ejemplo, se rectifica un error de dramatización (escena demasiado blanda) acentuando la reacción de uno de los personajes, se crea, a menudo, un cambio en la definición de ese personaje (incoherencia). También, para establecer una relación verosímil entre hechos, se llega a crear momentos demasiado largos en el desarrollo de la historia, es decir, que para llenar agujeros lógicos, hay que crear agujeros dramáticos, y así sucesivamente.
Dicho de otro modo, todo se sostiene en un guión, pero no en el sentido de una solidaridad de sus diferentes componentes, más bien en el sentido de «desnudar a un santo para vestir a otro». Sin embargo, numerosos guiones consiguen acordar maravillosamente las exigencias individuales, e incluso contradictorias, a las que debe satisfacer una buena historia.
Para cometerlos mejor, dice el subtítulo de este capítulo. Pero no es fácil cometerlos bien, de tal manera que tengan sentido y fuerza, y esto requiere, muchas veces, más habilidad que no cometer ninguno.